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Entendemos por riesgo laboral todos aquellos factores o elementos que pueden suponer un riesgo o perjuicio físico o mental en el trabajador en su lugar de trabajo y al cumplir sus responsabilidades asignadas. En cada sector se pueden observar unos riesgos u otros. Por eso, en este artículo nos vamos a centrar en cuáles son los riesgos laborales en construcción más concretamente.
También trataremos la prevención de estos riesgos laborales en la construcción, entendida como un conjunto de buenas prácticas y consideraciones orientadas a disminuir y paliar los riesgos laborales que pueda ocasionar un puesto de trabajo concreto. Dentro de esta disciplina, prevalece la concepción de que todos los accidentes laborales son evitables si se aplican las medidas apropiadas.
En primer lugar, vamos a clasificar los riesgos laborales existentes de manera general:
En cuanto a los riesgos laborales en construcción específicamente, distinguimos:
Los trabajadores de la construcción operan con estructuras muy elevadas, por lo que no es extraño que puedan resbalarse y caer al vacío, colarse por un hueco o tener un traspié en un andamio.
En la construcción se utilizan máquinas de muy diversa índole y muchos materiales, así como estos mismos producen una gran cantidad de escombros. Si no hay un orden y organización de recursos materiales y desechos, es fácil tropezarse o golpearse accidentalmente, lo que empeora los riesgos laborales en construcción.
Que se atasque un pie en una pavimentadora o que te atrape la manga de la indumentaria en funciones de mantenimiento de maquinaria. Estos riesgos típicos de la industria y de la construcción pueden desembocar en la pérdida o daño severo de una parte del cuerpo.
A su vez, este atrapamiento puede darse porque una máquina muy pasada vuelque, con la desafortunada casualidad de que se precipite sobre un trabajador y lo deje atascado contra la superficie.
Al encontrarse en un ambiente repleto de máquinas móviles de gran envergadura como las excavadoras, cabe la posibilidad de atropellos involuntarios que pueden aplastar a los trabajadores.
Esto es, de electrocución. En el sector de la construcción se emplean máquinas móviles, provisionales y que están expuestas a las inclemencias del tiempo. Es por eso que, en caso de avería, un trabajador que manipule una máquina defectuosa corre el riesgo de electrocutarse.
El uso de máquinas y combustibles también posibilita que se produzca una chispa que roce el combustible y desencadene una explosión o incendio de gravedad variable.
Los trabajadores que trabajan a la intemperie están expuestos a temperaturas y fenómenos atmosféricas poco saludables. Aunque en caso de diluvio o ventisca no se acuda a trabajar, siguen teniendo que padecer temperaturas a veces extremas.
Especialmente en el caso de los albañiles, los trabajadores de la construcción pueden ver deteriorada su salud física a corto plazo por tener que transportar pesos, adoptar posturas aparatosas y realizar tareas físicas repetitivas.
En todos los tipos de trabajo existen riesgos psicosociales. Aunque en el sector de la construcción no se les dé la importancia que merecen, el ambiente de trabajo, la relación con los compañeros y los superiores, las largas jornadas laborales y la peligrosidad del oficio pueden provocar malestar psicológico a los trabajadores.
Estas son medidas básicas que deberían respetarse en todos los entornos laborales de la construcción:
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