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La obesidad se ha convertido en una de las enfermedades más comunes en las sociedades de la abundancia. Mientras que en muchos países de todo el mundo persiste el grave problema de la hambruna, en occidente, cada vez mueren más personas por enfermedades relacionadas con el sobrepeso.
La obesidad no es sobrepeso, aunque ya veremos la diferencia en otro punto. La obesidad es una enfermedad compleja que consiste en la acumulación excesiva de grasa corporal y cuyo principal riesgo son las enfermedades y problemas de salud que conlleva, como: enfermedades coronarias, patologías respiratorias, presión arterial, determinados tipos de cáncer, diabetes, colesterol, derrame cerebral y enfermedades de la vesícula, entre otras.
La causa de la obesidad se encuentra en muchos factores, no solo afecta la mala alimentación y la vida sedentaria, también influyen factores hormonales, la genética, modificadores endocrinos del entorno… no obstante, la obesidad en raras ocasiones es desencadenada por un solo motivo. Por ejemplo, en el caso de la genética, es necesario que se combinen otros aspectos como la mala alimentación.
Otra causa muy común a la que se le achaca la obesidad es a los trastornos hormonales. Las hormonas leptina, hormonas sexuales, el cortisol, la insulina y la hormona de crecimiento influyen en el metabolismo y la distribución de la grasa corporal. Las personas obesas tienen niveles de estas hormonas que fomentan el metabolismo anormal y la acumulación de grasa corporal.
En realidad, prevenir la obesidad no es difícil, pero sí hay que ser constante en los hábitos de vida y tener la suficiente fuerza de voluntad como para cambiar costumbres nocivas sin acomodarse en el problema.
En este post hablaremos sobre la obesidad, cómo una buena nutrición puede combatirla y lo que la diferencia del sobrepeso. ¿Te interesa el tema? ¡Quédate en nuestro blog!
El sobrepeso y la obesidad no son lo mismo. En España tienen sobrepeso el 44,9% de los hombres y el 30,6% de las mujeres. Llamamos sobrepeso al exceso de masa corporal medio establecido por la OMS en relación con la edad. La Obesidad es mayor que dos desviaciones típicas por encima de la media establecida por la OMS y por eso, ya sí que se considera una enfermedad típica en el primer mundo.
Comentábamos más arriba, en este mismo post, que la obesidad es causada por múltiples causas, pero la más común y significativa es el equilibrio energético, es decir: que las personas que la sufren ingieren más calorías de las que gastan de manera habitual y eso crea un excedente de energía que, finalmente, se convierte en grasa. Además, hay otros muchos factores como:
La edad: a medida que envejecemos, el metabolismo cambia y al organismo le cuesta más procesas los nutrientes. Además, la falta de movilidad es un factor clave para que la obesidad aparezca en la tercera edad.
Sexo femenino: las mujeres tienen más posibilidades de caer en la obesidad a cierta edad. El embarazo, los cambios hormonales de la menopausia, el síndrome del ovario poliquístico, que impide la correcta ovulación, suman factores de riesgo.
Alimentación poco saludable: en los últimos cincuenta años, ha habido una tendencia mundial a consumir productos preparados, con exceso de azúcar, sales y grasas. Además, la comodidad de la comida rápida y las máquinas expendedoras también han sumado su granito de arena para el sobrepeso de la población.
El sedentarismo: anteriormente, los trabajos requerían de más esfuerzo físico, mientras que ahora, casi todo está automatizado o se hace desde un ordenador. Pasamos ocho horas diarias en nuestro puesto de trabajo, que suele ser bastante sedentario y además, usamos más el coche. Todo apunta a que nuestra vida se ha vuelto mucho más estática.
Factores socioculturales: el sobrepeso está asociado a un estrato sociocultural bajo y el bajo poder adquisitivo no permite a las familias acceder a alimentos de calidad y productos frescos, así como a actividades de recreo, tratamientos contra el sobrepeso o a educación que alerte sobre los peligros de la obesidad.
Factores conductuales: existen ciertos patrones de comportamiento social que desarrollamos casi sin darnos cuenta y que, a largo plazo, se convierten en nocivos para nuestra salud, como la ingesta de alcohol o el tabaquismo.
Factores genéticos: Algunos estudios genéticos han determinado que la obesidad puede ser hereditaria, que los genes tienen mucho que ver en la cantidad de grasa corporal y en su distribución.
Algunos medicamentos: algunos medicamentos como antidepresivos, esteroides y medicinas contra la diabetes pueden causar sobrepeso si no se combinan con ejercicio.
Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, el 39% de la población adulta a nivel mundial tiene sobrepeso y más del 13% padece obesidad.
Desde un punto de vista general, es posible asegurarse de mantener un peso saludable y prevenir enfermedades más graves. Para ello, puedes aprender nociones para llevar un estilo de vida saludable e ir incorporándolas en tu rutina paulatinamente para que el cambio no sea tan radical. Si el problema se agrava se debe acudir a un médico endocrino o nutricionista. El tratamiento puede ser individual o grupal, donde se comparten experiencias junto a un grupo interdisciplinario de nutricionistas, médicos y psicólogos que hacen foco en la reeducación de los hábitos de vida. Esto es lo que puede hacer para prevenir o combatir la obesidad:
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